EL AUTOR ROBERTO FERNÁNDEZ-RIZO
23 octubre 2012
El Valle de Nipe (III)
El Valle de Nipe (III)
Tierra de perdigones
El siglo XIX, los asentamientos más importantes y el comienzo del desarrollo
En el libro “Caminos de la isla de Cuba” de Esteban Pichardo,
publicado en 1865, se describe como Camino General la vía principal que
va desde Mantua, al occidente de la isla, hasta Baracoa, su extremo
oriental. En su itinerario, que va de la primera villa fundada hasta
Guantánamo, de esta a Cuba, luego a Palma Soriano, Jiguaní, Bayamo y Las
Tunas, por ese orden, el pueblo de San Isidoro de Holguín aún no estaba
ubicado dentro del Camino General concebido por las autoridades
coloniales. Indicación de la poca importancia económica de la zona del
norte oriental que rodeaba a la bahía de Nipe. Gibara, pueblo más
importante de la zona, inclusive con mayor población que Holguín durante
todo el XIX, había desarrollado su comercio a través del mar. Mayarí,
partido pedáneo de Cuba, pasó en 1860 a formar parte de la jurisdicción
de Holguín. Esto aumentaba el territorio holguinero más no su
importancia económica. No fue hasta finales del siglo XIX, cuando el
gran capital industrial norteamericano comenzó a asentarse en la zona,
que el fértil valle adquirió relevancia. Primero fue la industria
minera y luego le siguió la agricultura. Entre minas, centrales
azucareros, vegas de tabaco y grandes extensiones de plátano, surgieron
gran cantidad de pueblos alrededor de la bahía de Nipe y entre las
faldas de las sierras de Nipe y Cristal.
San Isidoro de Holguín
Francisco García Holguín, conquistador español que tomó parte en la
fundación de la villa y el Cabildo de Bayamo en 1514, donde llegó a ser
Alcalde Ordinario, es recompensado con una Encomienda en el territorio
norte de esa villa. Partió a México en 1520 a las órdenes de Hernán
Cortés y se convirtió en Alcalde Ordinario de su capital en 1533.
Regresó a Cuba en 1535, recuperó sus tierras y comenzó a mercedarlas en
hatos y corrales. El 4 de abril de 1545 fundó el hato de San Isidoro de
García Holguín. Mismo lugar donde se originó, en igual fecha pero de
1720, el Pueblo de San Isidoro, convertido, en enero de 1752, en Ciudad y
nueva jurisdicción del departamento oriental.
El crecimiento de la población y la redistribución de las tierras por
herencia familiar contribuyeron a la desarticulación de los hatos
primitivos en fincas, estancias y sitios de labor. El ganado y el tabaco
siguieron constituyendo la base de su producción mercantil. De las
incipientes producciones de azúcar en pequeños trapiches familiares del
siglo XVIII se pasó, a comienzos del siglo XIX, a la producción de
azúcar de caña con fines mercantiles. En 1804 se crean las primeras capitanías pedáneas: Maniabón, Auras, Fray Benito y Bariay.
La
ley de desestanco del tabaco de 1817 y la del libre comercio de 1818,
en sinergia con las Reales Cédulas referidas al fomento de la población
blanca de 1818 y la de entrega de tierras baldías y de realengos de
1819, hicieron posible un poblamiento extranjero a partir de esa década.
Según los Anales de la Isla de Cuba(6),
la población del distrito civil de Holguín se incrementó en casi un
ochenta por ciento entre 1855 y 1861. De treinta y cuatro mil pasó a
cincuenta y tres mil en sólo seis años. En ese impresionante incremento,
dado el lento crecimiento poblacional de la zona, la mayor proporción
fue de españoles, principalmente canarios, que finalmente se
constituyeron en la base del campesinado de toda la zona(7).
La Periquera. Sede del gobierno colonial. Hoy Museo Provincial |
Entre 1820 y 1840, norteamericanos e ingleses que provenían de las
Bahamas comenzaron a fundar pequeños ingenios azucareros en los partidos
pedáneos de Bariay y Gibara. Los pequeños hacendados anglos fueron los
primeros de la zona en exportar azúcar y colocarla en el mercado
mundial. Entre ellos, Samuel Chapman, William Chapman, Santiago
Patterson y Samuel Clark, aparecen registrados entre los propietarios
con mayor cantidad de esclavos en Holguín. Fueron además los primeros en
incorporar la máquina de vapor en toda la zona norte del departamento
oriental. No por ello la industria azucarera dejaba de ser esencialmente
rudimentaria en toda la región. Fue a finales de la década de 1850,
fecha en que comenzó el despegue, cuando lo que primeramente fue un
trapiche se convirtió en un ingenio para llegar a convertirse, a finales
del siglo XIX, en uno de los centrales más grandes y modernos de toda
Cuba: el Santa Lucía.
Para 1863 ya existían en la jurisdicción 76 ingenios azucareros, 753
vegas de tabaco y cientos de fincas rústicas atendidas por esclavos. La
producción de tabaco, su renglón más importante, ocupaba el cuarto lugar
entre los distritos civiles de la isla. Producía cera, miel de abeja,
café, azúcar, miel de caña y aguardiente(8).
San Gregorio de Mayarí
En el año 1757, en una zona conocida como El Cocal, varios indios
construyeron sus ranchos y bohíos alrededor de una ermita que levantó el
dueño del lugar bajo la advocación de San Gregorio Nacianceno, de ahí
su nombre inicial de San Gregorio de Mayarí. En 1777, el lugar fue
declarado oratorio público, por el obispo diocesano, al contar con
libros de bautismo, defunciones, matrimonios y contabilidad. Para ese
momento era capitanía pedánea de la jurisdicción de Cuba (Santiago de).
En 1786 fue elevada a categoría de parroquia y para 1827, casi medio
siglo más tarde, además de la rústica ermita, se levantaban 112
viviendas para uso de una población de 667 personas.
San Gregorio de Mayarí. Siglo XIX |
Fue nombrado como Ayuntamiento en 1878 y constituido en municipio un
año más tarde. Dentro de su territorio surgiría, treinta años después de
ser nombrado cabecera municipal, el poblado de Cueto.
Gibara
Su nombre proviene del vocablo aborigen Jibá.
En sus alrededores ocurrió el primer encuentro entre los europeos
recién llegados al Nuevo Mundo, comandados por Cristóbal Colón, y los
aborígenes isleños, pertenecientes a uno de los más grandes
asentamientos taínos de la zona oriental, el cacicazgo de Baní. Fue allí
donde los conquistadores vieron por primera vez la planta de tabaco y
el uso que le daban los indios.
El lugar se fue poblando muy lentamente durante los próximos tres
siglos. Las leyendas del uso de la bahía como guarida de piratas y
contrabandistas tal vez contribuyó al lento asentamiento que tuvo la
zona.
En 1804 el lugar pasó a formar parte de la recién fundada capitanía
de Auras y el 16 de enero de 1817, año en que se colocó la primera
piedra de la fortificación ordenada a construir por el cabildo de
Holguín desde 1773, es reconocido como el día de su fundación.
Gibara |
Ya en 1822, en el pequeño asentamiento de algo más de veinte casas
que se fue conformando a la entrada de la bahía, se construye un puerto.
La bahía es considerada, según la historia oral marinera, la de más
fácil acceso de toda la costa norte oriental. Este hecho le imprime a
Gibara un desarrollo de tal magnitud que, en 1862 y con menos de dos mil
vecinos, es considerado uno de los sitios mejor fortificados de la
isla.
En 1868, después de comenzar la Guerra de los Diez Años, muchos
habitantes de las zonas próximas se fueron a vivir a la ciudad. La zona
oriental, especialmente su parte norte, fue el lugar donde se
escenificó con mayor afán el
inicio de la guerra . La historiografía cubana recoge, con abundantes
testimonios, los desmanes cometidos por el incipiente ejército cubano
alrededor de los pequeños asentamientos y pueblos donde ocurrían las
batallas y enfrentamientos entre ambas fuerzas militares, durante y
después de las mismas. Gibara, con una defensa inusual para un poblado
de su tamaño, se convirtió en sitio seguro para las familias que salían
huyendo de la violencia.
Banes
El territorio de Banes perteneció a la jurisdicción de la villa de
Bayamo desde 1513 hasta 1752, año de fundación del ayuntamiento de
Holguín y al cual Banes perteneció como parte de la capitanía pedánea de
Bariay. A partir de 1823 perteneció a Gibara.
En 1882 el lugar comenzó a poblarse, pero el florecimiento comenzó en 1887 con la llegada de los hermanos Dumois, Hipólito y Alfredo, procedentes de Saint Domingue; junto a los también fundadores Juan Cárdenas, Octavio Silva y Delfín Pupo.
Banes. United Fruit Company. La chispita era una carro de rieles para recorrer las plantaciones azucareras. Foto: Col. William Navarrete. |
La familia Dumois,
productora y exportadora de plátano en la zona de Baracoa desde antes
de la llegada de la United Fruit Company a la región, en la búsqueda de
terrenos para aumentar su producción compran, en 1887, una hacienda
llamada Banes. Fundan, en esas tierras, la compañía Banes Fruit Company.
Entre sus propiedades y las de otros campesinos de la zona, con los
cuales los Dumois firmaron contratos, manejaban unas 8 mil hectáreas
para la producción de la fruta tropical, que por entonces hacía furor en
el mercado norteamericano.
La
producción de la compañía, en el año 1895, alcanzó más de dos millones
de racimos de bananos con destino al mercado norteamericano.
Fue el comienzo del desarrollo que alcanzó la zona de Nipe en la primera mitad del siglo XX.
Al comenzar la Guerra del 95 los Dumois viajan a Nueva York, donde
poseían intereses comerciales y financieros, y se establecen mientras
dura el conflicto armado. Hay indicios de conversaciones y pactos entre
los jefes del Ejército Libertador y los hermanos Dumois. Los mambises,
enfrascados en la guerra contra España por la liberación de Cuba,
destruyen gran parte del complejo económico de la zona de Nipe.
En febrero de 1898 explota el acorazado Maine en el puerto de La
Habana, dando comienzo a una "nueva guerra": American-Spanish War o
Guerra Hispano Americana. Así se ha empeñado en reconocer la historiografía un conflicto armado entre dos fuerzas militares que, por la rápida, solícita y forzada aceptación a la solicitud de ayuda de una de las partes, terminó convirtiéndose en un enfrentamiento con tres jugadores.
Textos
Banes,
Cuba,
Cueto,
Dumois,
Gibara,
Guerra Hispano cubano norteamericana,
Holguín. Mayarí,
Nipe
en
15:30
Publicado por
Roberto Fernandez-Rizo
